Los frutos secos son una verdadera maravilla de la naturaleza. Contienen una enorme cantidad de nutrientes, entre ellos magnesio, fósforo, potasio, vitamina E y vitaminas del complejo B. Todo ello los convierte en alimentos que deben incluirse en la dieta regular.
Los frutos secos contribuyen a mantener el buen funcionamiento del sistema cardiovascular. Esto, a su vez, incide en la buena salud cerebral. Se debe a que cuando los órganos del cuerpo tienen un buen aporte de sangre y de oxígeno, mejora el funcionamiento del cerebro.
Hay varias investigaciones al respecto que prueban que el consumo regular de nueces, almendras, maní, pistachos, avellanas y todo tipo de frutos secos está asociado con una menor mortalidad y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y nerviosas. Veamos esto con mayor detalle
Si nunca habías pensado sobre cuánta vitamina E contienen los alimentos que ingieres, ya es tiempo de que lo hagas, ya que un reciente estudio publicado en el Journal of Nutrition mostró que existe una brecha entre la cantidad de vitamina E que se incluyen en la dieta y la cantidad recomendada. En este estudio hubo evidencia de una escasez de vitamina E. De tal forma que de todos los encuestados solamente uno cubrió el 75 por ciento de la recomendación diaria de 15 miligramos de vitamina E.
“La vitamina E es un antioxidante poderoso que protege al cuerpo contra radicales libres dañinos que pueden ocasionar ciertos padecimientos, como enfermedades cardiacas”, dijo la nutrióloga mexicana Debby Blachman. “Comer alimentos ricos en vitamina E, como un puñado de almendras al día, es una gran forma de consumir la vitamina E que el cuerpo necesita para mantenerse saludable”.
Las almendras son la principal fuente alimenticia de vitamina E. Tan sólo una onza—un puñado—cuenta con 7.5 miligramos de vitamina E alfa tocoferol o con cerca de la mitad de la cantidad diaria recomendada.
Las almendras pueden aumentar significativamente los niveles de vitamina E en la sangre. Los investigadores de la Universidad de Loma Linda encontraron que cuando la gente comía 10 por ciento de sus calorías en almendras aumentaban sus niveles de vitamina E en un 13.7 por ciento. Cuando los participantes consumían 20 por ciento de sus calorías en almendras, el efecto era aún mayor, aumentando sus niveles de vitamina E en un 18.7 por ciento.
La vitamina E en las almendras trabaja en conjunto con otros antioxidantes para ayudar a prevenir enfermedades cardiacas. Las investigaciones sugieren que las personas que comen de forma consistente suficientes alimentos ricos en vitamina E corren menor riesgo de padecer una enfermedad cardiaca.
Comer un puñado (una onza) de almendras con 160 calorías al día es una excelente fuente de vitamina E y magnesio, una buena fuente de proteína y fibra, y ofrece potasio, calcio, fósforo, hierro y grasa monoinsaturada saludable para el corazón.
